miércoles, 24 de septiembre de 2008

Béjar





Es muy agradable dar un largo paseo por las calles de Béjar, la Plaza Mayor, el Palacio de los Duques de Béjar, la Muralla, el barrio judío, las casas señoriales y sus fachadas.
Las calles son estrechas y con muchas cuestas y a veces estas fachadas o rincones maravillosos pasan desapercibidos por muchos de los viandantes y turistas que se acercan a la ciudad esperando grandes edificios e industrias textiles que fueron el pasado de otra ciudad que casi ya se encuentra en el olvido de muchos bejaranos.
Ya no se respira el aire ni se oye el ruido de grandes empresas textiles. Y la ciudad ha dejado de levantarse a las 6 de la mañana para relevar al turno de la noche. La ciudad respira otros aires, distintos, pero no por eso peores.
Quizás, cuando menos nos imaginemos, la ciudad resurja de sus cenizas como el Ave Fénix. Se encuentra dormida, relajada, tranquila,... esperando el momento, el cambio, quizás a nuevas generaciones que la hagan resurgir de su letardo que no tengan ese aire de pesimismo, de tristeza, de nostalgia de tiempos gloriosos,...
Entonces y sólo entonces el gran potencial de Béjar será una realidad.

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